Históricamente el juego de la zanahoria y el garrote han sido la dinámica preferida para incentivar las buenas acciones y corregir los malos comportamientos en las personas. Si haces algo bueno entonces tienes una recompensa, si te comportas mal entonces obtendrás un castigo. Pero... ¿Esto será suficiente? Quiero iniciar compartiendo una gran experiencia vivida con mi hijo de 6 años.
Los papi puntos
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Papi billete |
Desde sus 3 años inicié un pequeño juego con mi hijo, llamado los papi puntos. Este tenía 2 grandes objetivos: Enseñarle a manejar el dinero e incentivar las buenas acciones.
Cada vez que Jerónimo actuaba de la forma esperada era recompensado con uno o varios papi billetes y a su vez estos podrían ser canjeados por cualquier cosa que el quisiera. De manera inversa cada vez que su comportamiento no era el deseado perdía papi puntos.
A esto complemento el hecho de que los buenos actos eran recompensados con muestras de afecto y los malos, con gritos y regaños.
Pero...
En el tiempo descubrimos que nuestro hijo no quería hacer casi nada a cambio de su preciada recompensa. Incluso entendí que mi actitud cuando el cometía errores era aún mas perjudicial pues con esto no lograba mejorar su conducta, sino todo lo contrario. No me contaba nada por temor a ser regañado. Mi ilusa percepción era que todo andaba muy bien pero la realidad es que tal vez las cosas habían empeorado y ahora no me daba por enterado.
¿Por que pasa esto?
- Penalizar el error solo provoca que estos se oculten cuando son cometidos.
- Los incentivos aplicados en el contexto inadecuado solo acaban con la motivación interior de la persona para actuar de forma correcta. Es decir no cambian a la persona en sí, solo cambian su reacción ante determinadas situaciones.
- Incentivar requiere un fin claro, valores y comportamientos conocidos por reforzar. Va mas allá del ego que nos impulsa a querer controlar la forma en que los demás actúan.
Entendí entonces donde radicaba el problema del mecanismo de incentivos.
- Estaba anunciando por anticipado la recompensa obtenida a partir de ciertas acciones ejecutadas. Incluso tenía cosas como: Tender la cama 2 papi puntos, lavar los platos 3 papi puntos, compartir los juguetes con los amigos 10 papi puntos. :-( Ahora que lo escribo incluso suena absurdo.
- Estaba premiando las acciones concretas (los resultados), no los valores y comportamientos que consideramos valiosos en nuestra familia, es decir; recompensaba cosas como tender la cama, barrer y lavar los platos; cuando en el fondo lo que quería era recompensar una actitud de colaboración.
¿Que hicimos?
- Definir cuales son nuestros valores familiares y las conductas que manifiestan adherencia a estos valores.
- Penalizar los errores de conducta y las faltas a nuestros valores familiares. Bajo ninguna circunstancia penalizar un error en el resultado obtenido, pues solo el fallo habilita el éxito posterior.
- No anticipar los incentivos ni incentivar acciones concretas sino toda una conducta y la adherencia a nuestros valores familiares. Ejemplo Ahora no recompensamos cosas como lavar los platos, o tender la cama; recompensamos su actitud de colaboración, y no lo hacemos por anticipado sino cuando lo consideramos adecuado.
¿En que se basa todo esto?
Muchos estudios de varios expertos en la materia como Daniel Pink, y Jurgen Appelo han hablado sobre este tema. Incluso hay un pequeño checklist escrito por Jurgen Appelo sobre como manejar los incentivos:
- No prometas recompensas previamente
- Haz que las recompensas sean pequeñas
- Recompensa continuamente, no solo en pequeños periodos de tiempo.
- Recompensa públicamente
- Recompensa el comportamiento, no los resultados
- Recompensa entre pares, no solo a los subordinados.
Pero al final solo el contexto familiar o empresarial define la forma y los mecanismo de recompensa que mas se ajusten para conseguir los resultados deseados.
Bibliografía